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Relaciones Vs Rituales

¡El vivir una vida de amor está antes que actuar por religiosidad! Las relaciones tienen más relevancia que lo ritual. Tener hermandad, vivir en paz y armonía con nuestros hermanos es prioridad para Dios ya que los seres humanos son eternos.[1]


Siempre y cuando dependa de nosotros, debemos de vivir en paz con nuestro semejante (hecho a la imagen del Eterno Dios) ya que esto es más importante que cualquier sacrificio religioso que podamos ofrecer – ya que las personas son lo prioritario para Dios; y este era el problema de los Fariseos del tiempo de Jesus, y se está convirtiendo en el meollo en nuestros días.


Hoy en día se ha sustituido el hacer para Dios que el estar con Dios y vivir sus principios, creemos que estar ocupado en Dios es sinónimo de estar bien delante de él. Cuando existen cosas más excelentes como el amor, y más ahora en un mundo lleno de odio, venganza y rencor; a tal punto que ha tocado las esferas y las puertas de la cristiandad.


Los rituales se han convertido en el centro del Cristianismo, donde se ha priorizado la agenda externa que la interna (el tiempo con Dios). Donde se trata de seguir reglas humanas sin importar las vidas humanas, cuando Cristo en realidad murió por nosotros, no por ninguna regla religiosa.


Nuestro hermano, el Apóstol Pablo nos aconseja: Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Romanos 12:18-19

Cuando nos acercamos a Dios en oración debemos tener un corazón limpio y santificado, la palabra de Dios declara:


Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel. De cierto te digo que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante. Mateo 5:23-26


Mis amados, esta es la sincera realidad. bíblicamente no puedo venir con un corazón premeditado sabiendo que debemos de tener un corazón limpio y no un corazón asesino y homicida; ya que todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene permanentemente vida eterna en él (1 Juan 3:15).


Debemos limpiar nuestras vidas de todo sentimiento malo: toda malicia, envidia, prejuicio, malentendidos y raíz de amargura. Biblicamente no debemos inclinarnos en oración hasta que toda ofensa haya sido perdonada; pero si sientes que no puedes perdonar, inclínate hasta el polvo y pide un espíritu de perdón. Entonces lo obtendrás.


Hay dos palabras en griego para “enojarse”: thumóo 2373 y orguídzo 3710. La primera se refiere a la pasión, o reacción del momento, mientras que la segunda, usada en este texto, se refiere al enojo que se deja cultivar y crecer. Es el enojo cultivado que lleva a uno a la concreción premeditada[3]

Aunque la biblia dice que podemos hacer la primera (airaos pero no pequéis), ya que la reacción humana y momentánea nos pueda llevar a reaccionar de ciertas formas, muchos permiten que esa reacción se acomule a tal punto de llegar al orguídzo que es cultivar este enojo y dejar que el sol salga (que pasen días estando enojado) y esto es un grave problema y una de las raíces porque muchas oraciones no son contestadas



Es la aplicación positiva de la regla de que el corazón humano debe estar lleno de amor todo el tiempo, no con ira ni odio. Muestra también que amar a Dios y por eso presentarle una ofrenda, y sin embargo no amar al hermano sino permanecer sin reconciliarse con él, no concuerdan. “Si alguien no ama al hermano a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto” (1 Jn. 4:20b).[2]

Tanto Jesús como los apóstoles nos enseñan sobre la oración contestada. Jesús enseñó que las respuestas provienen de Dios sin ser necesario que usemos repeticiones sin sentido en la oración. Dios conoce nuestras necesidades antes de que lo pidamos (Mateo 6:5–16). También enseñó que Dios contestará a la perseverancia de nuestra oración en aquellas cosas que son buenas para nosotros (Mateo 7:7–11). Cuando dos creyentes están de acuerdo en la oración, Dios promete escuchar y responder (Mateo 18:19–20). Otras claves para responder a la oración incluyen preguntar con fe (Mateo 21:22; Marcos 11:24), orar en el nombre de Jesús, de acuerdo con su carácter (Juan 14:13–14; 16:23–24), tener una mutua relación de permanencia con Cristo (Juan 15:7) y, como resultado, llevar fruto (Juan 15:16)[4]

Pablo revela el papel del Espíritu Santo en hacer que nuestra oración sea aceptable para Dios para que él nos responda (Ro 8:26–27). Además, la respuesta de Dios puede no ser siempre la que pedimos. Pablo nos da el ejemplo de su oración para encontrar alivio en su aguijón en la carne. Dios respondió a Pablo con una negativa y por lo que su oración no fue respondida de acuerdo con la solicitud de Pablo (2 Corintios 12:7–10).[5]


Todos queremos que nuestras oraciones sean contestadas, pero El Eterno no complace capricho, sino peticiones y ante todo debemos tener un corazón perdonador y en paz para con Dios y los hombres.


A veces las personas están como los profetas de baal, orando y orando y sin ver respuesta ya que no han resuelto lo más sencillo y es la relación con el prójimo.


Es absurdo hacer cosas para Dios teniendo grietas en el corazón y justificando nuestras acciones en vez de tener un corazón sensible a la palabra de Dios. En una ocasión alguien dijo : ““Pedir perdón exige más valentía que disparar un arma, que accionar una bomba.” Solos los valientes saben perdonar, amar y vivir en Paz.


Recuerda, el propósito principal de ofrecer sacrificios y ofrendas a Dios es para reconciliarnos con Dios. 2 Cor. 5:20, “en nombre de Cristo os rogamos: ¡Reconciliaos con Dios!”


Pero antes de poder reconciliarnos con Dios tenemos que reconciliarnos con el hermano, porque Dios no acepta el servicio de su hijo que tenga enojo, malicia, amargura en el corazón y esté distanciado de su hermano.


Nuestra relación con Dios depende de nuestra relación con el hermano. 1 Jn. 4:20, “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es un mentiroso; porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto.


Gracia y Paz.

Pastor Rafael N Vargas

Ministerio Poder y Sabiduria de Dios.





Bibliografia


[1] Bob Utley, El Evangelio de Mateo: El Primer Manual Cristiano, ed. Gisela Ramos and Patricia Cabral, trans. Walt Emerson Morgan Downs, Comentario Del Intérprete Bíblico (Marshall, TX: Lecciones Bíblicas Internacional, 2015), Mt 5:23.


[2] William Hendriksen, Comentario Al Nuevo Testamento: El Evangelio Según San Mateo (Grand Rapids, MI: Libros Desafío, 2007), 313.


[3] Daniel Carro et al., Comentario Bı́blico Mundo Hispano Mateo, 1. ed. (El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano, 1993–), 96–97.


[4] Gary Derickson, ed., Teología Exegética de Las Epístolas 1, 2 Y 3 de Juan, trans. Clara Puerta Capa (Bellingham, WA: Editorial Tesoro Bíblico, 2020).


[5] Gary Derickson, ed.,Teología Exegética de Las Epístolas 1, 2 Y 3 de Juan, trans. Clara Puerta Capa (Bellingham, WA: Editorial Tesoro Bíblico, 2020).

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Miembro desconocido
23 dic 2022

Sin desperdicio. Gracias Apóstol. Esto está para reflexionar. Es mi oración que el amor de Dios crezca en nuestros corazones y que verdaderamente podamos imitar el carácter de Cristo.

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